Mientras que diferentes especies animales o vegetales habitan en determinadas regiones, con condiciones especificas, lugar denominado por biólogos hábitat. El hombre habita en todas o en la mayoría de las regiones. Hecho el cual evidencia al hombre como ser carente de un hábitat determinado. Un espacio donde sin mas pueda vivir.
Este hecho da cuenta que la tierra originariamente es un lugar inhabitable para la especie humana. Para poder vivir en este medio utiliza la creación transformadora de su hábitat con la técnica y la construcción.
Estas construcciones deben satisfacer ciertas necesidades del hombre: la higiene, el estar, el cocinar, el comer, el jugar, el recrear, el ejercitar, el meditar, el contemplar, el dormir, el trabajar, el conocer, el leer, el orar, el amar. Otorgando respuesta a cada una de estas actividades, surgen ámbitos espaciales arquitectónicos específicos como: cocinas, estares, galerías, dormitorios, baños, bibliotecas, etc.
Entendiendo el hombre como un ser de diversas dimensiones: cuerpo, mente y espíritu. A estas necesidades elementales para la satisfacción del cuerpo físico, se suman las necesidades espirituales y del alma.
El hombre es un ser social único e irrepetible, el cual tiene la necesidad de expresarse, diferenciarse y evolucionar, destacando sus características propias e identidad. La casa es un reflejo de esa identidad. El espacio domestico es el lugar donde todas las actividades se convierten en intimas, donde se expresa nuestra personalidad, nuestro gusto, nuestras formas, nuestras costumbres, se evidencian nuestros hábitos, nuestras obsesiones, nuestra memoria, nuestros deseos y anhelos.
Los arquitectos nos preocupamos por entender condiciones particulares, procesar este conocimiento y articularlo a respuestas espaciales concretas.
Si ampliamos la respuesta programática a escala urbana surgen ámbitos como: escuelas, bibliotecas, quinchos, gimnasios, iglesias, museos, clubes, plazas, teatros, entre muchos.
Esta sumatoria de espacios habitables producen lugar, ante la ausencia de lugares hay carencia de vida. La arquitectura ante esta perspectiva es construir espacios necesarios donde actividades tengan lugar. Es decir crear ámbitos donde se desarrolle la vida.
La dimensión sustentable de la arquitectura es adaptar las necesidades del hombre a lugares, a espacios de encuentro, articuladores y optimizadores de soluciones. Construir un lugar para el hombre entendiendo la dimensión espiritual, material, espacial, social, geográfica y temporal.
Nuestro espacio de habitar, de modo similar a nuestro vestir, debería calzarnos como el vestido mas cómodo o el zapato mas confortable para caminar. En este habitar del hombre se distinguen tres estratos el pasar, el estar y el permanecer. Vinculándolos con el pasado, el presente y el futuro.
El como nos trasladamos, como nos movemos, como nos vinculamos, como socializamos, como nos comunicamos, como permanecemos, como contemplamos, como anhelamos; evidencian las posibilidades y proyecciones de lugares latentes a ser experimentados, en forma personal en el ámbito del habitar domestico y en forma colectiva en el ámbito del habitar ciudad.
POR: ARQ. FLORENCIA OÑA
PUBLICADO: REVISTA CLUB HOUSE DE MARZO 2016.
LINK: http://www.losandes.com.ar/article/el-habitar-domestico-y-el-urbano-mendocino