La historia de la arquitectura y la historia de las enfermedades infecciosas no se puede separar; frase de la Arquitecta e Historiadora Beatriz Colomina, directora fundadora del Programa de Medios y Modernidad de la Universidad de Princeton. Quien ha desarrollado importantes teorías en relación entre la arquitectura y la sanidad. Las ciudades siempre han respondido a la enfermedad. Están hechas a base de respuestas a epidemias y amenazas.
En su libro X-Ray Architecture, la Arq. Colomina investiga la relación entre las epidemias de la tuberculosis de los siglos XIX y XX y la formación del estilo moderno.
Durante años no se pudo desarrollar un remedio eficaz contra la bacteria. Lo más eficiente era el sol, la limpieza y el descanso. Por ello grandes arquitectos de la época diseñaron hospitales con ventanas grandes, sanatorios con terrazas, viviendas elevadas para alejarse de los gérmenes y elementos donde el polvo no se pueda alojar. Naciendo con esta impronta la arquitectura moderna. Dejando en evidencia como las grandes pandemias han moldeado desde siempre nuestras ciudades.
X-Ray Architecture explora el enorme impacto del discurso medico e imaginando tecnologías en la formación, representación y recepción de la arquitectura del Siglo XX. Desafía el conocimiento normal de la arquitectura moderna; proponiendo que fue moldeado por el dominante interés de la medicina en su momento: tuberculosis y su principal herramienta de diagnostico: los rayos X.
La arquitectura moderna y los rayos X fueron desarrollados en la misma época y evolucionaron en paralelo. Mientras que el rayo X expone el interior del cuerpo al ojo humano, el edificio moderno revela su interior, dramáticamente invirtiendo la relación entre lo publico y lo privado. Arquitectos presentaron sus edificios como un instrumento medico para proteger y realzar el cuerpo y la psique.
La Arq. Colomina rastrea las psicopatologías de la arquitectura del Siglo XX. Desde el trauma de la tuberculosis a desordenes más recientes como el síndrome del desgaste profesional y el trastorno Hiperactividad con Déficit de Atención y las enormes trasformaciones de lo publico y lo privado que han incitado a un diagnostico de rayos X. Sugiere que si queremos conversar sobre el estado de la arquitectura el día de hoy, deberíamos mirar las obsesiones dominantes con la enfermedades y las ultimas técnicas de visualización del cuerpo y preguntar que efectos tienen en el modo que concebimos la arquitectura.
Le Corbusier hablaba de una “París tubercular” y soñaba con una ciudad en la que cada vivienda fuese un oasis de pulcritud y luminosidad, “sin rincones sucios y oscuros”. Las características arquitectónicas y de diseño eran consideradas esenciales, las terrazas y balcones. Usadas para la recuperación de pacientes, ya sea en viviendas urbanas, como en chalets en las afueras. Estas expresiones visibles del diseño modernista y teorías de la vida saludable fueron adoptadas por una clase media consciente de la estética y preocupada por la higiene; como lo expresa la experta en Diseño Margaret Campbell.
Importantes exponentes de la arquitectura moderna, como: le Corbusier, Alvar Aalto, Walter Gropius y Mies van der Rohe aplicaron muchos de estos elementos en su arquitectura.
Le Corbusier en la Villa Savoye se integra en su contexto y aplica el concepto de la maquina de vivir, adquiriendo cualidades innovadoras y avances basados en campos de la industria. La casa de despega de la superficie de terreno para alejarse de posibles infecciones. En el ingreso a la vivienda llama la atención un lavamanos, el cual denota el interés en aspectos de higiene por parte del arquitecto.
Alvar Aalto diseño un proyecto idealista para mejorar las condiciones de vida para todos. Considerando el sol, el acceso y jardín en pendiente. Con el objetivo de lograr el uso de la iluminación natural, la orientación de las terrazas y los diferentes ambientes, refugio de vientos.
Walter Gropius en la primer obra realizada en Estados Unidos coloca grandes ventanales en un clima extremo. El volumen, de tejado plano y sin alero, se colocaría en lo alto de una modesta colina para obtener el sol de invierno desde las primeras horas del día hasta su puesta.
Mies van der Rohe en la casa Farnsworth prescinde por completo de los muros exteriores, insertándose en el espacio circundante. La separación del suelo, realizada mediante pilares, se asocia a una idea de pureza.
En pleno confinamiento por el coronavirus, parece importante entender estos conceptos del pasado y como moldearon la arquitectura de la época. ¿Como van a moldearse las ciudades o la arquitectura para adaptarse a la situación actual? Tal vez este cambio se vea reflejado en unos años.
Por el confinamiento se ha valorado el espacio interior de las viviendas, la versatilidad de los ambientes, realizamos actividades que solíamos llevar a cabo en espacios externos a la vivienda. Ejercitamos, estudiamos, trabajamos, llevamos a cabo reuniones e incluso damos clases de modo virtual. La vivienda pide espacios nuevos, de expansión, de esparcimiento, de entrenamiento y de trabajo; a demás de tener que cumplir con las necesidades básicas y contar con acceso al sol, al aire y expansiones.
POR: ARQ. FLORENCIA OÑA
PUBLICADO: REVISTA CLUB HOUSE DE SEPTIEMBRE 2020.