Luis Barragán construye la casa Gilardi a los 80 años, siendo esta su ultima obra. La casa está situada en un terreno de 10 x 36 metros; entre medianeras en la Ciudad de México. El gran desafío de la propuesta es mantener el jacarandá que se encontraba en el lugar.
El proyecto está orientado longitudinalmente y refuerza el espacio interior. Dividido en dos bloques vinculados a través de un corredor longitudinal, el cual diagrama el patio que aloja el jacarandá.
Tal como la mayoría de las obras de Barragán, los espacios crean sensaciones, con diferentes recursos como las luces y colores, la distribución y algunos elementos arquitectónicos que son altamente escenográficos. El corredor se inunda con una profunda luz de color amarilla a través de pequeñas perforaciones verticales y culmina en un gran espejo de agua junto al comedor.
Como expone el arquitecto Campos Baeza; la arquitectura en cierta forma irrumpe en la naturaleza, colocándose en ella como un artificio, un artefacto. Cuando la arquitectura esta bien lograda coloca a la naturaleza en una posición engrandecida. Lo construido no es parte de la naturaleza ni su reflejo. Se trata de lograr una relación adecuada entre el hombre y la naturaleza por medio de la razón.
La arquitectura se construye con materiales que proceden de la naturaleza. Originalmente los materiales se tomaban directamente del entorno natural de emplazamiento, como la piedra o la madera. Luego los materiales comienzan a elaborarse, como la cerámica y el metal. Actualmente los materiales son producto de un proceso de elaboración mas complejo.
De la mano de la razón es justamente que se elegirán los materiales adecuados para la construcción y obteniendo los mismos de la naturaleza manipulada o transformada.
Del mismo modo habría que pensar hasta que punto se debe incluir naturaleza forzada en los edificios a través de la incorporación de muros verdes o en cubiertas vegetadas.
Hay corrientes de arquitecturas que defienden la unión entre arquitectura y naturaleza, sin comprender los limites de cada una. Cubriendo edificios completos de vegetación como una especie de piel. Siendo una contradicción a la misma naturaleza, es una acción forzada, costosa y de gran mantenimiento.
Es una tendencia que se ha dispersado últimamente; llamándose arquitectura sostenible. ¿Es realmente sostenible incorporación de vegetación de modo forzoso a una estructura? Depende de diversos factores: desde el modo de incorporación de vegetación, especies a incorporar, superficies a cubrir, modo de riego y el correspondiente mantenimiento.
El dialogar con la naturaleza es tema de la buena arquitectura. Como el caso de la casa Farnsworth.
Justamente Luis Barragánconstruye la casa Gilardi entorno a un Jacarandá. Con el su color morado y su expresión formal logran el contraste con la arquitectura de color roja, azul y rosa. Engrandeciendo la naturaleza de un modo sutil y elegante, difícil de imaginar la casa sin el árbol. Donde la arquitectura y la naturaleza se mezclan y dialogan en armonía sin confundirse la una con la otra.
POR: ARQ. FLORENCIA OÑA
PUBLICADO: REVISTA CLUB HOUSE DE NOVIEMBRE 2018.
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