La construcción sustentable es un sector en pleno auge en la actualidad. La única arquitectura sustentable es aquella que no se construye y el arquitecto más verde es el que renuncia a incrementar la entropía del planeta. La construcción es el área de mayor impacto, con el 34% de consumo de energía mundial, sobrepasando al sector industrial y al transporte.
Se conoce sobre el balance de aspectos sociales, económicos y ambientales, con el cual debe contar cualquier proyecto que desee ser sustentable. Por este motivo es evidente que es un problema amplio que plantea desafíos, que no admiten una receta única para su solución. El conjunto de soluciones deberán ser de orden local para dar respuesta a los problemas de diferentes escalas.
Este planteo supone pensar las construcciones a partir de su ciclo de vida y el impacto que las mismas puedan tener sobre el hábitat. Esto nos enfrenta, a los profesionales del área, con la responsabilidad como actores y generadores de cambio.
Con responsabilidad es justamente que se puede mejorar la situación. Con un menor consumo de recursos naturales, con una gestión racional de estos recursos, con un avance en las técnicas productivas y con una orientación hacia el consumo de bienes renovables. Estos hechos dan cuenta de que el modelo tradicional de toma de decisiones de proyecto, donde se manejaban tres variables; tiempo, calidad y costo, y uno podría elegir dos de estas variables ya no es viable. En la actualidad podemos hablar que están en juego muchas más variables; tiempo, calidad, costo, seguridad, confort, salud y ecología.
En el ambiente construido, las ciudades es donde se generan los mayores impactos y es ahí donde se puede hacer la diferencia. Este hecho va de la mamo con la necesidad de un acompañamiento de políticas y normativas que sean capaces de acompañar estas iniciativas.
Podemos ver gran cantidad de ejemplos de obras cuya variable ecológica pretende darse solo a través de la incorporación de dispositivos y accesorios tecnológicos. Sin tener en cuenta la latitud y localización geográfica. En relación al costo sabemos que los sistemas activos son de costo elevado en relación a los sistemas pasivos.
Si el objetivo es no incorporar elementos pasivos; el sitio de emplazamiento de un proyecto aporta gran cantidad de datos objetivos y devela claves a resolver. Muchas veces ante hechos sencillos, el diseño y la producción arquitectónica se empeña en forzar la realidad y adopta imágenes preconcebidas.
Algunas de las claves para un edificio bioclimático son:
En la elección del lugar la mayoría de los factores varia. En general aquellos emplazamientos que muestran mejores características en una relación invierno verano son mas adecuados para vivir.
El aspecto de la orientación es determinante y puede decirse que el asoleo es decisivo, positivamente en periodos fríos y negativamente en épocas calurosas. El equilibrio puede encontrarse tomando referencia de los periodos extremos, mas fríos y mas cálidos.
Los cálculos de sombra se basan en el principio de su evolución a lo largo del año, en épocas frías el sol debe incidir en el edificio y durante periodos calurosos las construcciones deben estar sombreadas. Una grafica del recorrido del sol, a demás de cálculos geométricos y de radiación, puede demostrar la efectividad de los elementos diseñados para el control y la captación solar.
La forma de las viviendas y de los edificios en general debe resistir los impactos adversos del entorno, en determinados lugares algunas formas pueden ser mas adecuadas que otras.
Estudio de los movimientos del aire. Los cuales pueden dividirse en brisa o viento. Según si son mas o menos deseables. En épocas frías los vientos deben ser interceptados, mientras que en épocas de verano deben ser capturados.
El equilibrio de la temperatura interior puede lograrse hasta cierto punto utilizando de forma metódica los materiales. La inercia térmica y la capacidad térmica de los materiales pueden utilizarse para mejorar las condiciones de un interior.
La calidad arquitectónica se refiere a la adecuación al uso, a la durabilidad en su funcionamiento y al deleite visual que esta pueda proporcionar. En el aspecto relacionado con el uso, las habitaciones deben tener el tamaño y escala indicada para el uso individual o colectivo, debe contarse con un lugar apropiado para cada destino, debe conformarse un espacio confortable dependiendo de la época del año, con aire puro, que cuente con seguridad, o sea una oficina luminosa, o un lugar adecuado para la interacción social o practicas rituales, debe ser un lugar que se pueda adaptar fácilmente al cambio de uso en un tiempo determinado, un edificio que sea durable y de calidad. El deleite visual y estético está relacionado con la elegancia de las proporciones, la satisfacción que produce algo bien ejecutado, ser consciente en los colores, la luz, la sombra, la forma, los materiales, conocer y adecuarse el entorno cultural, conocer la identidad regional, contar con respeto por el pasado y la legitimidad del presente.
Las casas pasivas son construcciones prácticamente autónomas. Limitándose a la energía solar, los insumos de personas y una buena aislación. El diseño solar pasivo puede mejorar el rendimiento energético del edificio en tres aspectos principalmente: calefacción, refrigeración e iluminación.
Comparadas con las superficies orientadas hacia el este o el oeste, las orientadas al norte reciben mas radiación solar en invierno que en verano, una cantidad que se corresponde aproximadamente con las necesidades de calefacción.
Durante el año, la aportación de calor solar por las superficies acristaladas orientadas al este y noreste es muy similar a la que se obtiene por las orientadas al oeste y noroeste. En verano, las ventanas orientadas al oeste pueden sobrecalentase si no se protegen de los rayos del sol. Cuando la radiación solar incide sobre un material, parte de ella se absorbe, se transforma en calor y se almacena en su masa; el material se calienta progresivamente por conducción a medida que el calor se difunde.
Un buen uso de la iluminación natural en el interior de los edificios reduce o elimina el uso de luz artificial durante el día, lo que supone un ahorro considerable de energía y, en consecuencia, un menor daño medioambiental, si esta bien pensada la iluminación natural puede crear condiciones de vida mas agradables y saludables. Existen varios mecanismos para captar la luz natural y redirigirla al interior de los edificios, así como para reducir niveles excesivos de claridad cerca de las ventanas y proporcionar una distribución homogénea de la luz natural.
Algunos de estos mecanismos pueden ser patios, repisas reflectantes, lucernarios o ventanas altas, pueden tener importantes consecuencias en el proyecto.
La forma mas eficaz de proteger un edificio de la radiación solar directa no deseada es arrojar sombra sobre sus ventanas y demás aberturas. El grado y tipo de sombra necesaria depende de la posición del sol y de la geómetra del edificio.
Postigos, persianas, lamas, toldos y cortinas son ejemplos de dispositivos ajustables para proporcionar sombra. Algunos de estos mecanismos también pueden utilizarse en invierno para aumentar el aislamiento térmico.
Promuevo el diseño consciente por la calidad de la arquitectura. Los edificios con mas elementos naturales y menos artificiales son mejores. Los espacios con luz natural son mas agradables que los que necesitan luz artificial. La ventilación natural en un entorno saludable y de poco ruido es optima. Mientras menos fuentes de calor tenga un edificio mejor. Mies van der Rohe dijo: "Menos es mas". La elegancia de los proyectos clásicos se encuentra en soluciones sencillas y completas.
Manifestando la idea en la actualidad yo la defino como: HACER (+) CON (-). Hacer más inteligentemente, más responsablemente, con una buena resolución técnica, con buena proporción y optimizando recursos.
Bibliografía
Carlos Hernandez Pezz, Un Vitruvio Ecológico: Principios y Practica del Proyecto Arquitectónico Sostenible.
Víctor Olgyay, Arquitectura Y Clima.
María Florencia Oña La Micela es Arquitecta por la Universidad de Mendoza (2004). Especialista en Planeamiento Regional por la misma institución dirigido por Washington Alexandria Architecture Center – Virginia Polytecnic Institute and State University (2010). Especialista en Desarrollo Sustentable del Hábitat Humano por la Universidad Tecnológica Nacional (2015). Es docente Titular de la cátedra Diseño Sustentable de la Carrera de Arquitectura de la Facultad de Ambiente, Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Congreso desde 2015. Ha desarrollado su experiencia profesional desde el 2002 en México, Estados Unidos y Argentina. Resolviendo diversos proyectos y obras: viviendas particulares, viviendas colectivas, bodegas, locales comerciales, hoteles, restaurantes, complejos religiosos, mercados, viviendas mínimas, paradores turísticos, corredores turísticos, ejes viales, peatonales, plazas y museos. Ha desarrollado exposiciones de fotografía y arte. Es parte del equipo profesional del área de Planificación Infraestructura y Medio Ambiente de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza desde 2016. Desarrolla la actividad profesional de forma independiente en MFOLM | Arquitectos desde 2015. WWW.MFOLM.COM.
POR: ARQ. FLORENCIA OÑA
PUBLICADO: REVISTA CREADORES DE ARTE.